Radio Universo - Memorias Conversatorio Cannabis Medicinal en la UdeA






Despenalización y uso medicinal del Cannabis

2017 resulta ser un momento muy interesante si observamos desde la perspectiva de la actualidad todos los sucesos en la evolución de la medicina y los tratamientos para pacientes de enfermedades que anteriormente eran menos investigadas. Hoy en día en nuestro país es notable una falta de reglamentación y ambigüedad entre la norma y su implementación, específicamente en ámbitos como: uso medicinal, cultivo y comercialización de plantas como Cannabis Sativa, Erythroxylum Coca o la adormidera Papaver Rhoeas.

Colombia posee una cultura diversa que en sus raíces tiene una cosmogonía indígena ancestral como herencia, por ejemplo en la relación entre comunidades y brebajes naturales realizados con plantas para la cura de los males que aquejan el cuerpo.  A pesar de esa herencia ancestral de nuestros abuelos, nos hemos sumergido en otras prácticas que incluyen la medicina occidental moderna y las legislaciones prohibicionistas de drogas y sustancias que a inicios del siglo XX no eran consideradas ilícitas.

El pasado 03 de mayo se realizó un debate sobre Cannabis medicinal, Cannabis y posacuerdos de paz, el cual estuvo muy interesante en cuanto a argumentos que sirven para desestigmatizar, despenalizar y descriminalizar la planta que es parte y herencia de la sabiduría ancestral. En este sentido desde una perspectiva de derechos humanos debemos aportar a la sensibilización sobre la relación con el Cannabis, con el fin de que sea respetada y sanada a través del autocultivo, la medicina, el intercambio solidario, evitando el tráfico violento y conflictivo y disminuyendo los consumos adictivos.

En el caso de las leyes colombianas estamos pasando por un momento específico donde las negociaciones de paz con los grupos guerrilleros tienen en medio de su conversación, específicamente en el punto 4: la solución definitiva a las drogas ilícitas en el país, incluyendo cultivos de uso ilícito y comercialización. El actual proceso de paz considera dentro de los puntos a discutir que el consumo de drogas ilícitas deberá ser un tema prioritario que se aborde con un enfoque en derechos humanos y salud pública, y es importante que la leyes colombianas se unan legislativamente al proceso de posacuerdos donde ese análisis de derechos humanos sobre el consumo y tráfico de drogas debe ser fundamental en cada caso, pues en las investigaciones y las cifras se puede ver que años de represión policial y criminalización de los consumidores de sustancias no han funcionado.

Desde la articulación de políticas a nivel local, nacional e internacional la legalización del consumo de Cannabis y la despenalización ha ido sucediendo poco a poco en diferentes países del mundo como Uruguay, Portugal, Suiza, Holanda, alguna parte de Estados Unidos, República Checa, entre otros países donde está aprobada para consumo recreativo y medicinal y que han decidido alejarse de los tratados internacionales que fomentan la guerra en contra de los cultivadores y luego de los consumidores. Inevitablemente el incremento en investigaciones científicas respecto al uso de Cannabis medicinal y la aceptación del uso de esta planta como cura natural, obligarán a la legislación colombiana a decidir sobre la descriminalización de la flor desde su propia perspectiva.

Pero, no sólo la legislación es uno de los aspectos importantes en este tema pues también la educación sobre el consumo responsable de sustancias y el reconocimiento de las mismas ayuda a fortalecer la reducción en el uso y el desconocimiento que lleva a los estigmas y por tanto a ser tratados de manera errónea. Por eso es importante clasificar de manera específica las diferentes drogas y sus consecuencias y que esto trascienda a la educación de las comunidades con el fin de anular falsas ideas que han arraigado tan fuertemente mitos específicos sobre la marihuana que pertenece al género de las plantas y no a las drogas entendidas como sustancias sintéticas.

Nuestro país es agricultor y con una riqueza en el ecosistema natural que nos hace únicos y necesarios. Algunas de las regiones del país como el Cauca, Putumayo, Nariño, Antioquia, Bolívar, La Guajira, Caquetá, Meta, entre otras donde el campo predomina, gozan de cultivos de plantas para la alimentación, el sustento económico, el sostenimiento del ecosistema y la sanación de enfermedades, lo que hace a mucho de nuestros campesinos seres independientes de los grandes sistemas alimentarios y de fármacos, más no criminales.

Lo mismo ocurre con pacientes de enfermedades crónicas como cáncer, epilepsia, esclerosis múltiple, artritis, VIH/SIDA, parkinson, entre otras que conllevan dolores profundos y prolongados, quienes no son criminales por utilizar el Cannabis con fines médicos y cultivar su medicina. El caso de la Fundación Fundaluva en Medellín que fue creada a partir de la experiencia de una madre con su hija quien sufre una enfermedad que le generaba convulsiones constantes y una vida intranquila. Ambas son activistas del uso de Cannabis medicinal porque luego de iniciar el tratamiento con el extracto la paciente dejó de convulsionar y ahora lleva una vida más tranquila en la cotidianidad y puede desarrollar sus actividades del día a día con un tratamiento controlado.

Con este panorama socio cultural —donde los campesinos trabajan por preservar semillas y cultivos nativos fundamentales para nuestro desarrollo como nación, donde las madres luchan por curar y sanar a sus hijos, donde los pacientes quieren llevar una vida digna y sin dolor— la marihuana y sus consumidores ocupan en el irrisorio mundo de las cifras el quinto lugar después del consumo de cigarrillo y de licor (primer y segundo lugar respectivamente), por tanto debemos comenzar a promover pensamientos y análisis diferentes con enfoque de derechos humanos.

Contraria a esa racionalidad humana, la madre naturaleza da sus frutos de manera generosa para ser aprovechados y el Cannabis además de hacer sentir bien mentalmente y de liberar el pensamiento, tiene beneficios medicinales, lo que hace que esa dupla alma y cuerpo estén en conversación y balance, no obstante es ilegal, mientras el cigarrillo y el licor
 no.

Según el Observatorio de Drogas de Colombia “El consumo de sustancias legales como el tabaco y el alcohol está muy extendido en todos los grupos poblacionales a lo largo y ancho del territorio nacional. Cerca de la mitad de la población utiliza con alguna frecuencia estas sustancias y no menos de la quinta parte se encuentra en situación de riesgo o con problemas asociados al abuso”, problema de consumo que se presenta desde una ausencia de diálogos sobre uso responsable y políticas públicas que atiendan el tema desde esa perspectiva humana y de salud pública que los posacuerdos están trayendo sobre la mesa y que la actualidad está pidiendo, pues ya no estamos en la época de la estigmatización y desconocimiento sino en aras de hablar y tratar cada tema como lo necesita.






 
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